FICHA DE ANALISIS
El regreso o la redención infinita
Título: El regreso [Vozvrashchenie']
Ficha técnica
Dirección: Andrei Zvyagintsev
Guion: Vladimir Moiseenko y Alexandre Novototsky
Música: Andrey Dergatchev
Fotografía: Mikhail Kritchman
Montaje: Vladimir Mogilevsky Protagonistas: Vladimir Garin - Ivan Dobronravov - Konstantin Lavronenko - Natalia Vdovina
País: Rusia
Año: 2003
Género: Drama
Duración: 105 minutos
Idioma: Ruso
Premios
León de Oro del Festival Internacional de Cine de Venecia de 2003.
Premio Luigi de Laurentis
Premio Chlotrudis mejor cámara.
Premio "Fassbinder al concurso de cine Europäischer Filmpreis de 2003.
Premios Oscar de la Academia de Cine de Hollywood, Los Angeles, Estados Unidos 2004: Mejor Película Extranjera
Camerimage, Lodz, Polonia 2003: Nominada a la Rana de Oro Mejor Fotografía (Mikhail Krichman)
Premio del Jurado Ecuménico a Mejor Película en Festival de Cine Joven de Europa del Este de Cottbus, Alemania 2003
Premios Cesar de la Academia de Cine Francés, Paris, Francia 2004: Nominada al Cesar a Mejor Película Extranjera
Premio Descubrimiento Europeo del Año (Andrei Zvyagintsev) Festival de Cine de Fajr, Teherán, Irán 2004
Premio Cristal a Mejor Película Festival Internacional de Cine de Gijón, España 2003
Premios a Mejor Actor (Vladimir Garin ,Ivan Dobronravov y Konstantin Lavronenko) y Mejor Guion (Vladimir Moiseyenko y Aleksandr Novototsky) y el Premio Especial del Jurado a Mejor Película
Grand Prix Asturias a Mejor Película (Andrei Zvyagintsev)
Premios Globos de Oro de la Asociación de Prensa Extranjera en Estados Unidos, Los Angeles, Estados Unidos 2004: Estuvo nominada al Globo de Oro a Mejor Película Extranjera (Andrei Zvyagintsev, representando a Rusia)
Festival Internacional de Cine de Ljubljana, Eslovenia 2003: Gano el Premio Rey Pescador a Mejor Película (Andrei Zvyagintsev)
Festival Internacional de Cine Locarno, Suiza 2003: Estuvo nominado al Leopardo de Oro a Mejor Película (Andrei Zvyagintsev)
Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México, México 2004: Gano La Pieza a Mejor Película (Andrei Zvyagintsev) y estuvo nominada a La Pieza a Mejor Opera Prima (Andrei Zvyagintsev)
Premios Nika de la Academia de Cine Rusa, Moscu, Rusia 2004: Gano los Premios Nika a Mejor Película (Andrei Zvyagintsev y Dmitri Lesnevsky) y Mejor Fotografía (Mikhail Krichman) y estuvo nominada a los Premios Nika a Mejor Director y Descubrimiento del Año (ambas nominaciones para Andrei Zvyagintsev)
Festival Internacional de Cine de Palm Springs, California, Estados Unidos 2004: Gano el Premio FIPRESCI de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica a Mejor Película (Andrei Zvyagintsev)
Premios del Gremio de Críticos de Cine de Rusia, Moscu, Rusia 2003: Gano los Aries de Oro a Mejor Película, Mejor Debut (ambos para Andrei Zvyagintsev), y Mejor Fotografía (Mikhail Krichman)
Festival Internacional de Cine de Tesalónica, Grecia 2003: Gano la Mención Especial del el Premio FIPRESCI de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica a Mejor Película (Andrei Zvyagintsev)
Festival Internacional de Cine de Tromso, Noruega 2003: Gano el Premio de la Audiencia a Mejor Película (Andrei Zvyagintsev)
Festival de Cine de Venecia, Italia 2003: Gano el León de Oro a Mejor Película (Andrei Zvyagintsev) el Premio CinemAvvenire a Mejor Opera Prima (Andrei Zvyaginstev), el Premio Luigi de Laurentis a Mejor Opera Prima (Andrei Zvyaginstev y Dimitri Lesnevksy) el
Premio SIGNIS de la Asociación Católica Mundial de la Comunicación a Mejor Película (Andrei Zvyaginstev ex aequo con Un Filme Falado de Manoel de Oliveira) y el Premio Sergio Trassati otorgado por la Revista el Cinematógrafo a Mejor Película (Andrei Zvyaginstev)
El regreso marca el debut como director de AZ, quien inmediatamente fue comparado con su compatriota Andrey Tarkovsky por la conmovedora combinación de bellísimas imágenes con una línea argumental simple en apariencia pero bajo la cual subyace una profunda complejidad temática y simbólica.
1. Síntesis argumental
Dos adolescentes, Iván y Andrey, viven con su madre y su abuela en una remota ciudad portuaria, lejos de grandes centros urbanos. Un día, al volver a su hogar, se encuentran con la novedad de que su padre ha vuelto a la casa después de doce años de ausencia. Inmediatamente corren a espiarlo mientras está dormido y, para asegurarse de que realmente se trata de su padre, buscan una vieja fotografía en la que ambos aparecen muy pequeños, Iván aún una criatura de brazos sostenida amorosamente por el hombre, al que casi acaba de conocer.
Durante la cena, el padre anuncia que partirá con ambos muchachos a una excursión de pesca. El viaje se prolongará por seis días, en los cuales las capacidades de comprensión, resistencia, lucha y amor de los jóvenes serán sometidas a duras pruebas por ese progenitor enigmático, del que desconocen todo: el motivo de su ausencia, el motivo de su regreso, el motivo de la repentina necesidad de pasar tiempo con ellos.
Con el transcurrir de los días, Iván y Andrey encuentran cada vez más difícil vincularse con ese hombre silencioso, que no brinda explicación alguna para sus misteriosas acciones, hasta que, en medio de una isla agreste y deshabitada, el conflicto estalla violentamente con devastadoras consecuencias.
2. Análisis
I) Las escenas
El film se estructura como un relato en episodios o escenas, es decir, en unidades narrativas que presentan determinada información al espectador, con una determinada intención dramática y con determinado ritmo narrativo.
Antes de la primera escena, el film se inicia con un travelling bajo el agua, que muestra el lecho subacuático y un bote hundido hace mucho tiempo, como lo señalan las carcomas de la madera semidestruida.
Este plano inicial es clave en nuestra lectura y volveremos a él en las consideraciones finales
Escena 1 - Infancia
Un grupo de niños de edades diferentes, entre los que se encuentran los hermanos Andrey e Iván, se divierten, a la vez que prueban su coraje, zambulléndose desde una alta torre. Se desafían mutuamente a vencer esta prueba de su incipiente hombría, para pertenecer al grupo de los "valientes", frente al de los "cobardes". Los picados y contrapicados de las tomas aéreas y subacuáticas dan cuenta del tremendo desafío que ese salto representa para los niños, adoptando el punto de vista de su mirada, que el film ya no abandonará.
Iván no se anima a dar ese salto y queda solo en lo alto de la torre, aterrado, hasta que su madre sube a buscarlo, lo arropa y lo consuela. Habrá otra oportunidad para ese salto, afirma la madre llamando al niño por el diminutivo de su nombre, Vanya, subrayando su pequeñez y desamparo.
Pero el miedo de Iván tiene consecuencias: sus amigos no hablan con "cobardes" y cuando su propio hermano, en lugar de defenderlo, lo denigra con ese apodo, Iván golpea a Andrey en un acceso de rabia.
Toda la escena transcurre en un ritmo dinámico: las zambullidas, el juego de los niños, la pelea cuerpo a cuerpo entre los hermanos, la carrera en la que uno persigue al otro hasta la casa. Los paneos y travellings muestran un paisaje luminoso y deshabitado, en el que las vidas infantiles transcurren entre juegos, desafíos, peleas y cuidados maternales. Este mundo tiene un abrupto fin, al regresar a su casa, cuando la madre les anuncia que no deben hacer ruido porque su padre está durmiendo.
Escena 2 " El regreso del padre
Iván y Andrey, incrédulos ante la noticia del súbito regreso, abren suavemente la puerta de la habitación y contemplan en silencio a su padre yacente. El plano del padre durmiendo presenta un punto de articulación en el relato, puesto que el plano frontal del cuerpo reproduce la perspectiva en violento escorzo, el escenario, los claroscuros y las tonalidades azul grisáceas de una famosa pintura renacentista: "Lamentación sobre Cristo muerto" de Andrea Mantegna.
Contrariamente a la representación de Mantegna, que transmite sensaciones de sufrimiento y profunda desolación, el padre de Iván y Andrey duerme plácidamente, mecido por una suave brisa que hace volar una pequeña pluma blanca sobre su almohada. Detalles todos que realzan lo misterioso de su aparición, el padre continuará a lo largo de las escenas siguientes siendo un misterio para los hermanos.
Para asegurarse de que realmente ese desconocido es su padre, Iván corre hasta un altillo semidestruido de su casa y de un viejo arcón extrae un libro: la Biblia ilustrada por Julius Schnorr von Carolsfeld, entre cuyas imágenes distinguimos claramente algunas: Dios separando la luz de la tinieblas, Dios en el momento de la creación del hombre y los animales terrestres y, precisamente en la página que guarda la foto buscada, el ángel deteniendo la mano de Abraham a punto de sacrificar a su hijo Isaac. Inmediatamente algunas ideas comienzan a rondar en la mente del espectador: ¿es este padre pródigo una nueva encarnación de Dios-padre" ¿Es un enviado de Dios que vuelve para exigir un sacrificio" ¿Quién o quiénes serán los sacrificados" Los primeros planos de los rostros de la madre y la abuela, en sus expresiones de consternación y resignación, no presagian un derrotero feliz.
Escena 3 " (Última) Cena y vigilia
Reunidos alrededor de la mesa familiar, el padre anuncia que hará un viaje con los hijos: los llevará a pescar. Por primera vez los niños beben vino, convidados por su padre, quien reparte luego los alimentos, ante el silencio de las mujeres. Un travelling que retrocede finaliza en un plano medio frontal que nos muestra a la familia en la que será su última cena juntos.
Excitados por el viaje inminente, Iván y Andrey no pueden dormir: han preparado todos los enseres para el viaje y el mayor ha decidido llevar un diario de viaje junto a una cámara fotográfica, registros ambos de esa experiencia que promete ser iniciática.
Los hermanos intercambian sus dudas e impresiones: ante los ojos de Andrey el padre es "enorme", Iván duda de su pasado como piloto (relato transmitido por la madre), ambos hacen la pregunta crucial: "¿De dónde vino"" Pero la respuesta de la madre, la misma que se da Andrey a sí mismo, no será suficiente para Iván: "Vino. Es suficiente".
Toda esta escena transcurre en la semipenumbra del atardecer o en la oscuridad de la noche y se halla intervenida por filtros que otorgan a los objetos, los espacios y los rostros tonalidades azules, que junto con los contraluces viran la imagen hacia una representación levemente esfumada, que resalta el clima de misterio e irrealidad de la escena.
Escena 4 " El viaje
En una serie de breves episodios ocurridos durante el trayecto, padre e hijos irán tejiendo una relación filial plena de pasiones avasallantes y, a la vez, ambivalentes. El amor y el odio hacia el padre van encarnándose paulatinamente, con el correr de los días, en cada uno de los hermanos. El padre exige, ante todo, obediencia: el trato hacia él debe ser respetuoso, los alimentos no se desperdician, los caprichos infantiles no tienen lugar en ese vínculo en formación. El padre es quien regula los tiempos del viaje, las paradas, los momentos de descanso y alimentación. Sus preocupaciones y sus asuntos son desconocidos para los niños, con quienes dialoga sólo cuando es necesario. Sin embargo, para Andrey, el padre parece perfilarse como una figura potente, proveedora, fuerte y dominante (hace arreglos en el motor del auto, tiene dinero, enseña cómo debe tratar a la camarera, recupera la billetera robada), en fin, como una presencia largamente anhelada que lo iniciará en la vida adulta como hombre. Para Iván, por el contrario, el padre se perfila como una figura arbitraria y amenazante (teme ser degollado por él cuando se encuentran en el lago donde han ido a pescar), que priva, que limita, que frena sus pulsiones instintivas (como el hambre, obligándolo a esperar cuando el hambre acucia o a alimentarse cuando no siente apetito), que ordena el tiempo en contra de sus deseos, en fin, como una ausencia, una pérdida, un vacío que no puede llenarse con la mera compañía, porque siente que ese padre no necesita verdaderamente de sus hijos. Paulatinamente, la cámara irá tomando el punto de vista de Iván exclusivamente, como lo marca la cámara subjetiva en la que el niño observa a su padre y hermano con prismáticos. Pero las lentes de aumento no hacen, para el niño, al padre y al mundo más comprensibles: tras los cristales, el mundo se percibe azul, distante, irreal, y el padre es una lejana silueta oscura recortada contra el paisaje de fondo de mar, barcos y gaviotas. Iván lo ve regresando con un bulto al hombro: el motor del bote que será su mortaja (¿una referencia a la cruz que Cristo cargó en su ascenso hacia el sacrificio")
A medida que el grupo se va alejando hacia paisajes cada vez más agrestes, las dificultades arrecian y la lucha contra los elementos es cada vez más dura: bajo una lluvia torrencial, el auto queda empantanado, el bote en el que viajarán a la isla -destino final- debe ser reparado, cada comida necesita preparar un fuego y buscar el alimento. Los peces que eran fuente de diversión para los niños son ahora vitales para su supervivencia. Cada tarea que emprenden es un aprendizaje guiado por ese padre que enseña, pero enseña muy duramente: es la conciencia de la lucha humana por sobrevivir en medio de la naturaleza hostil frente a los impulsos de regresar a la protección del seno materno, es la conciencia del sentido profundo que el trabajo tiene para los hombres frente al deseo de un paraíso sin lucha en el que todas las necesidades y deseos sean provistos sin esfuerzo.
Escena 5 " El sacrificio
Los tres llegan finalmente al tramo final de su viaje: una isla deshabitada a la que el padre había decidido ir desde un principio. El trayecto extrema sus condiciones de dureza: el motor del bote se detiene y los niños deben remar un buen rato bajo una lluvia inclemente. La partida en el bote se inicia con una panorámica de la isla bajo un cielo tormentoso, con el sonido de los truenos en la lejanía: todo un presagio. La llegada aparece plasmada en una imagen decididamente fantasmal: tres figuras encapuchadas abriéndose paso bajo el vapor de agua que todo lo esfuma.
Para recuperar el calor después de la mojadura, el padre obliga a sus hijos a beber un corto trago de vodka. Andrey lo acepta obediente; Iván se niega y su padre lo obliga con dureza a beber. Ese gesto decide a Iván: su corazón sólo alberga odio, que se expresa en su deseo de aniquilarlo ("Si me vuelve a tocar, lo mato"). Incapaz de ver el amor que hay en ese gesto protector, sólo percibe la rudeza de su expresión y, como reafirmándose en su decisión, escribe esas palabras en el diario de viaje y, al día siguiente, roba una navaja de la mochila de su padre, para emplearla eventualmente como arma de defensa.
La isla -además de la belleza de su paisaje agreste y su silencio, interrumpido sólo por el grito de las gaviotas o el golpear de las olas contra la orilla- contiene algo que el padre desea enseñarles: un faro. Desde esa altura -a la que Iván teme-, Andrey, junto a su padre, contempla conmovido "el mundo" (la isla rodeada de agua).
El fin se precipita cuando el padre castiga a Andrey por no haber regresado de su excursión de pesca a la hora convenida. Humillado por las bofetadas, Andrey niega a su padre y expresa también que lo odia, mientras Iván toma en sus manos la navaja y amenaza con herirlo si sigue castigándolos. "Si fueras de otra manera, podría quererte", grita Iván, "Pero eres malo y te odio. No eres nadie".
El padre revela entonces su faz amorosa. "Estás equivocado, hijo", dice, antes de correr tras el pequeño que huye de su presencia.
El ritmo de las imágenes, que venía lentificándose con el transcurso del viaje (serenas panorámicas de paisajes, de los niños pescando, de paseos por el bosque), se acelera ahora coincidiendo con el clímax del relato. Planos más cortos y rápidos travellings muestran la carrera del padre angustiado tras ese hijo que huye y la carrera del hermano mayor que " deseando ser perdonado- clama por su padre. Picados y contrapicados se suceden en la dramática persecución que lleva a Iván al lugar más temido: la altura del faro, desde donde amenaza arrojarse si su padre no se aleja.
Pero Iván no se arroja al vacío: la muerte de su padre impide la suya. En un gesto que condensa todo el sentido de ese vínculo, el niño cierra la puerta al llamado del padre, quien cae a tierra al tratar de alcanzarlo desde fuera de la escalera protegida.
Escena 6 " El regreso del hijo
Ambos hermanos enfrentan juntos ahora la titánica tarea de cargar ese cuerpo. Una toma en picado nos muestra el cuerpo yacente en una perspectiva similar a la de su primera aparición. La imagen ha virado casi al blanco y negro y presenta en su sector inferior las cabezas de los hermanos que empujan trabajosamente ese cuerpo demasiado grande para sus fuerzas, recuperando el sufrimiento y desolación del cuadro de Mantegna. Intención que queda explícitamente marcada en la reiteración del escorzo en el bote.
Hacia el final del film, un plano medio de los hermanos de espaldas a la cámara, los muestra contemplando la inmensidad acuática que se ha tragado el cuerpo de quien finalmente han reconocido y aceptado como Padre. Ya a punto de regresar, descubren que su padre guardaba en el auto la misma foto que ellos habían buscado el día de su llegada. Pero la imagen del padre ha desaparecido: han trascendido su condición de niños. El padre ha dejado de ser el "procreador" (estatuto similar al de la madre) para transformarse en la fuente de una ley moral, en el camino hacia una trascendencia ordenada, sabia y justa. Su muerte es la condición de un nuevo nacimiento: de la infancia a la adultez, del estado de naturaleza a la participación en la cultura.
II) La estructura en actos
Desde el punto de vista narrativo, el film está estructurado en tres grandes bloques:
a) La infancia o estado primordial de ambos hermanos
b) El viaje iniciático en el que realizarán los aprendizajes que les permitirán trascender su estado inicial, a la vez que serán sujetos de una revelación
c) El regreso ya transformados
III) Los puntos de giro
Los puntos de giro narrativos o quiebres de la acción nos permiten conocer tanto el desarrollo de la historia cuanto el crecimiento o evolución de los personajes. Reconocemos un punto de giro para cada uno de los actos mencionados:
a1) La aparición del personaje del padre envuelta en un halo de misterio permite que los hermanos, protagonistas de una vida de juegos y desafíos infantiles un tanto monótona, experimenten un desafío verdadero: alejarse del mundo conocido y maternal, donde todas sus necesidades eran satisfechas sin esfuerzo y todos sus terrores apaciguados por el calor del amor materno para internarse en un mundo agreste, desconocido, hostil con alguien que también es rudo, desconocido y hostil.
b1) La explosión del odio de los hermanos hacia el padre nos muestra la ambivalencia de los sentimientos que venían gestándose durante su viaje y, a la vez, el terror infantil a la aniquilación, del que, aparentemente, los hermanos no pueden sustraerse.
c1) El regreso de ambos transformados por las enseñanzas y el sacrificio paternos y renacidos para una existencia trascendente.
IV) Los personajes
El padre
Pocas palabras, sin demasiada expresividad en su rostro, excepto en la escena final, donde se lo ve desesperado por rescatar a Iván. Sus acciones -vistas desde la perspectiva de los hermanos- son misteriosas y sus decisiones incomprensibles. Deliberadamente el realizador ha excluido del guion original todos los monólogos y segmentos de tipo discursivo para concentrar al espectador en las acciones del personaje, fuente principal del suspenso que mantienen al espectador activo durante todo el film. ¿Necesita ese hombre a sus hijos" ¿Para qué ha vuelto" ¿Qué desea de ellos" Sus enseñanzas dan cuenta al menos de una motivación: quiere que sus hijos crezcan, que se valgan solos, que enfrenten adversidades y, fundamentalmente, que lo acepten como padre/Padre instituyente de una ley moral.
Andrey
El mayor. El rencuentro con su padre lo halla en un momento crucial de su vida: la adolescencia. Es quien parece necesitar más la guía paterna por la rápida aceptación que hace de las condiciones impuestas por el padre. Siempre se muestra dispuesto a aprender. Su rostro expresa a menudo alegría y admiración por ese hombre y parece estar feliz con su sola presencia. El personaje de Andrey evoluciona hacia lo que parecía ser su meta: convertirse en adulto. En las escenas iniciales, no ha abandonado aún ese mundo infantil: se pliega a los desafíos de niño que dejan a su hermano menor mal parado, no ayuda a Iván a superar su miedo a las alturas (lo abandona en lo alto de la torre-trampolín) y lo llama "cobarde", demostrando que valora el vínculo con el grupo de pares por sobre el vínculo familiar-fraternal. Poco a poco, durante el viaje, Andrey irá transformándose en un hermano mayor protector y afectuoso: distrae a Iván cuando lo ve angustiado, lo conforta en sus momentos de miedo y, es quien ordena todas acciones necesarias para el regreso.
Iván
El film adopta la visión de este personaje y abunda en primeros planos de un rostro particularmente expresivo. El eje dramático de este personaje es la duda: ¿Es este hombre realmente mi padre" ¿De dónde vino" ¿Es un héroe (la madre les ha dicho que es piloto) o un asesino (Iván sugiere a su hermano que podría ser un gánster)" ¿Para qué ha vuelto" ¿Qué pretende de sus hijos" Todas estas preguntas quedarán sin respuesta excepto la última: el padre pretende que sus hijos acepten que tienen un padre, con las consecuencias que esto tiene, tanto psicológicas cuanto morales y culturales. Pero Iván necesita "pruebas": frente a lo inexplicable de las acciones y demandas del padre, Iván exige explicaciones. Contrariamente a Andrey, quien ha aceptado esa aparición misteriosa sin cuestionamientos, feliz por ese regalo inesperado de guía, descubrimiento y protección, Iván encarna una "racionalidad" intransigente: quiere respuestas y "juzga" las acciones de su padre en función de esa falta. Es más, no lo percibe como una protección sino como una amenaza: teme que esa irracionalidad -que él encuentra aterradora- lo aniquile. Cree que su hermano y él serán "sacrificados" a los deseos incompresibles de ese hombre duro y aún distante. En verdad, el padre sí exige de sus hijos un sacrificio: que renuncien a los lazos que los atan a la infancia, a los impulsos, a la dependencia del cuidado materno, al eterno presente en que transcurre la vida en la niñez y que acepten la supremacía de un orden moral trascendente instaurado por él. Orden fundado en dos pilares: el tiempo y el trabajo. Iván resiste a ambos: frecuentes primeros planos de su rostro ceñudo acompañan las escenas de las tareas más duras (arrancar el auto del barro, remar bajo la lluvia) y es él quien induce a Andrey a desobedecer la orden de regresar a la hora convenida.
Iván llega a comprender el propósito de su padre y el valor que este propósito tiene sólo ante la extrema evidencia: su padre lo amaba al punto de dar su vida por él.
Una de las fijas con que finaliza el film muestra una representación emblemática del personaje: primerísimo primer plano del rostro de Iván en el asiento trasero del auto, "partido" en dos mitades por el borde de la ventanilla. Su padre le ofrece la posibilidad de "ver" el mundo de dos maneras: sin velos, en toda su belleza, su hostilidad y su verdad o a través de un cristal protector pero distorsionante; le ofrece la posibilidad de estar "en el mundo" o aceptar una barrera que le impida actuar sobre ese mundo, aun cuando esto implique riesgo, lucha y fracaso.
Las mujeres
Cumplen un papel protector, de consuelo y abrigo. Las intervenciones verbales son mínimas y desaparecen de escena una vez iniciado el viaje. Están vinculadas al hogar y a los enseres familiares: la casa, los alimentos, la leña encendida en la estufa. Los primeros planos de la madre y la abuela en sus expresiones de preocupación, consternación, resignación inciden en el relato intensificando el suspenso creado por la llegada repentina e inexplicada del padre y por el próximo viaje que los tres emprenderán.
V) El tiempo
Marcado en el film por separadores con los nombres de los días de la semana (el viaje dura seis días) y por los largos planos de paisajes en el amanecer o el atardecer, contiene asimismo, dentro de este tiempo convencional, una dimensión a-temporal expresada visualmente en las escenas esfumadas, de contornos difusos y tonalidades azules. La infancia de los niños es un continuo acontecer, que se ve interrumpido por la llegada de un padre que marca duraciones en días y horas (a las que ellos se resisten). En la percepción subjetiva de los niños, los tiempos placenteros son efímeros, los momentos de mayor dureza (como remar bajo la tormenta) son interminables. El padre debe conducirlos desde ese presente permanente de la infancia, ligado a la naturaleza, a un tiempo humano que posibilita la cultura. El elemento que simboliza en el film esta necesidad de orientación en el flujo incesante del acontecer y a la vez de regulación de la conducta humana es el reloj pulsera que el padre entrega a Andrey para que pueda volver a la hora convenida. El reloj simboliza la herencia, el duro aprendizaje de la necesidad de determinar el tiempo, condición de la vida en sociedad. El tiempo no existe en esa isla desierta hasta la llegada del padre con sus hijos: se instaura en la vivencia de los niños al crear un pasado (de niños que necesitan cuidado y amparo) y un futuro (de hombres capaces de valerse por sí mismos), y al crear consecuentemente la conciencia de la irreversibilidad. Frente al tiempo potencial de la madre ("Saltarás otro día", porque siempre existirá tiempo), la muerte del padre es el hecho a partir del cual nace otro tiempo para los hermanos: la conciencia del devenir, de la finitud y de la necesidad de actuar sobre el mundo según un orden moral.
Lecturas y destinatarios
Como toda gran creación del arte, el film admite lecturas desde diferentes perspectivas. La primera que puede hacerse es desde una perspectiva psicológica atendiendo al impacto que, en la vida familiar y en la evolución de la vida psíquica de los hijos tiene la presencia o ausencia de la figura paterna, vital para la evolución para el desarrollo de la vida individual y social. El film puede exhibirse ante grupos de jóvenes desde los 16 años como disparador para reflexionar sobre el vínculo paterno-filial o las formas y consecuencias de la ausencia del padre y de las vivencias de abandono (dificultad para separarse de la madre, para formar vínculos profundos con otros, para asumir la masculinidad). El psicoanálisis ha tratado largamente la función paterna y el film ofrece múltiples elementos para una lectura desde dicha perspectiva, que aquí no abordaremos. Sólo apuntaremos que, en la historia narrada, la súbita irrupción del padre en la vida de los hermanos viene a romper la unidad que formaban inicialmente con la madre para proponer otro modelo de identificación. En el film, el vínculo de ambos niños con la madre, especialmente en el caso de Iván, es paralizante: no ayuda a superar los terrores que inhiben la acción sobre el mundo y sobre sí mismo. El padre viene a romper con esa parálisis impulsando a la acción derivada de un pensar coherente, propio de un sujeto integrado a la cultura. [Especialmente interesante para estos destinatarios puede ser la escena de la recuperación de la billetera robada: a solas y furioso, Andrey expresa que "mataría" al ladrón, pero, una vez frente a él, vacila, carece de valor para afrontar tanto la venganza cuanto el perdón].
Algunos críticos han realizado una lectura del film en relación con el contexto socio-histórico de la Rusia contemporánea a la realización. Filmada doce años después de la desintegración de la Unión Soviética (los años que padre ha estado ausente del hogar), la relación padre-hijos expresaría el terror a una figura autoritaria y, a la vez, la imperiosa necesidad de la misma, paradoja de la que sólo se sale rechazando el autoritarismo del padre y estableciendo un orden moral que permita decidir autónomamente.
VI) La lectura desde el mito
¿Qué habilita una lectura desde esta perspectiva" Este film abunda en expresiones simbólicas en una doble vertiente: por un lado, el empleo de símbolos y emblemas propios de la tradición judeo-cristiana, y por otro, el empleo de objetos escénicos, planos, escenas, encuadres, efectos ópticos y sonoros, que adquieren, en relación con el relato, una dimensión simbólica, y que guían o invitan al espectador a nuevos espacios de interpretación y a la construcción de nuevos sentidos.
Entre las imágenes pertenecientes a la tradición religiosa occidental, encontramos:
La referencia explícita al cuadro de Mantegna. (¿Es este padre pródigo un regreso de Cristo")
La referencia explícita al sacrificio de Isaac (Génesis, XXIII). (¿Tendrá lugar un sacrificio" ¿Sacrificará el padre a sus hijos" ¿Quién ha ordenado este sacrificio
Los peces, emblema característico de Cristo, primer alimento después de su resurrección, como emblema de la eucaristía (¿Es este padre un Cristo viviente")
Entre los elementos que se configuran simbolizantes en relación con el relato, encontramos:
La pequeña pluma blanca que se desliza sobre la almohada del padre dormido: símbolo de su posible (y misteriosa) procedencia celestial (la madre les ha dicho además que era piloto de profesión).
Los "altares", que marcan el principio y el fin de la historia narrada: el primero empleado como elemento de diversión y desafío, el segundo (el faro de la isla) como lugar de revelación (de la "verdad" del mundo para Andrey, de la verdad sobre sí mismos para ambos hermanos). Elemento fundamental al que aparecen asociados en el film la admiración de Andrey, el terror de Iván y la muerte del padre, ambos "altares" son un microcosmos casi sagrado: en ellos convergen todas las líneas narrativas y los clímax dramáticos; son el centro de las angulaciones de cámara más extremas (sus tomas contienen varios planos cenitales); son el lugar de las revelaciones más profundas: el terror primordial a la destrucción y el amor redentor del sacrificio paterno; son el lugar en que se unen cielo y tierra (lo terrenal y lo celestial): la puerta hacia lo sagrado del ser.
El reloj pulsera que entrega el padre a Andrey como símbolo de una nueva temporalidad y como herencia cultural.
El hacha, símbolo del padre primordial y temido, al que se cree capaz de despedazar a sus hijos, pero que a través de su sacrificio recibe la aceptación de su ley y el Nombre esperado: el Nombre del Padre.
El agua, omnipresente a lo largo del film en las imágenes y efectos sonoros de lagos, olas, lechos subacuáticos, ondas y lluvia. Simboliza la madre generadora de vida, la protección materna (al comienzo del film) pero también la continua amenaza de los elementos a la indefensión humana. Tiene esta doble faz de elemento creador y destructor. En la tradición religiosa cristiana, simboliza la revelación, tal como narra Juan (4,10) en el encuentro de Jesús con la samaritana: el agua de vida que permite trascender.
VII) Final
El bote hundido
El film se inicia con un travelling bajo el agua que muestra un bote hundido hace tiempo, carcomido y semidestruido por efecto la inmersión. Sin sospechar la presencia de ese bote en el fondo, los niños se desafían a zambullirse desde la altura.
En el segmento final, descubrimos que es el mismo bote en el que se ha hundido el cuerpo del padre muerto.
Y aquí podríamos decir se cierra una parábola: ese padre ya ha regresado antes, en otro tiempo, y ha muerto para redimir a sus hijos.
Y deberá volver eternamente, pues su sacrificio es la condición de la salvación: sólo por su muerte sus hijos "son", pues abandonan la mera existencia para habitar "humanamente" el mundo entre los seres de la naturaleza en el preciso instante en que pueden dar un nombre a esa ley que permite la trascendencia: Padre