Porque desnuda la hipocresía y el simulacro que se sostiene desde lo social, con respecto a una visión lamentablemente muy extendida del snobismo y sus prácticas, en materia de creación artística. Mostrando el contravalor de una manera contundente e irónica que propone la reflexión, más allá de soluciones emotivas y de fácil identificación para el espectador, haciendo una propuesta innovadora desde lo estético, y muy interesante desde lo ético.
Cuenta con los actuaciones del músico Sergio Pángaro y el escritor Alberto Laiseca, quienes encarnan ?respectivamente- a Jorge, un enfermero ambicioso; y Romano, un hombre mayor en declive mental , internado en un geriátrico y cuidado por aquél.
El viejo hace dibujos como terapia y sólo pide cigarrillos; un día Jorge ?diciendo que son propios- muestra los garabatos del paciente a un galerista, actitud que marcará el inicio de una carrera exitosa en el mundo de las artes plásticas.